Unos meses antes de terminar mi trabajo para el Insituto Regina Coeli, en Vught, me inscribí junto con algunas compañeras en un congreso para profesores de español que se ha celebrado en Barcelona durante el pasado fin de semana, los días 18 y 19 de diciembre. El congreso ha sido una oportunidad para conocer un poco mejor el mundo de la enseñanza de español, que todavía es muy desconocido para mí y en el que me estoy introduciendo, porque quiero, cada vez más. Además, ha sido una extraordinaria oportunidad para conocer mucho mejor a mis ex-compañeras, con las que he vivido una estupenda experiencia durante tres días en la ciudad condal.
Barcelona es impresionante, supongo que todos los que han podido pisar esta ciudad ya lo saben, pero no está de más decirlo. Una ciudad moderna, bien organizada, multicultural, super animada, interesante y llena de cultura: de arquitectura, de conciertos, de teatro, librerías, actuaciones de todo tipo… y un largo etcétera que por desgracia es imposible disfrutar en un fin de semana, y mucho menos con un congreso de por medio. Apenas conocía la ciudad y la verdad es que estoy encantado de haber podido disfrutar de casi cuatro días allí, en Barcelona, ya que he tenido tiempo no solo para el congreso, sino para recorrer, andar, mezclarme y probar un poquito de lo mucho que ofrece.
El congreso fue bastante interesante, una experiencia muy constructiva y gratificante. Algunas de las ponencias fueron mucho más interesantes que otras, sobre todo aquéllas que implicaban desde el primer momento a los profesores que estábamos allí escuchando. Si de algo estoy seguro es que un ponente, para ganarse a su público, debe implicarlo en la medida de las posibilidades, ganárselo. Algunos de los ponentes lo hicieron muy bien, otros, por inexperiencia o por demasiados galones, no.
Especialmente recuerdo un par de ponentes, uno de ellos, Antonio Orta, habló sobre las técnicas para enseñar fonética en clase y la importancia de la misma. Otro de ellos, Mario Rinvolucri, habló sobre las diferentes inteligencias a la hora de aprender una lengua y expuso gran cantidad de actividades, fue de gran interés tanto su presentación como el taller en el que participé. Otra de las ponencias que me pareció muy interesante fue la del profesor Fernando Trujillo, de la Universidad de Granada, que habló sobre la importancia de tener en cuenta las diferencias culturales entre los alumnos en clase de español. Estas tres ponencias o talleres fueron, en mi opinión, las mejor llevadas. Hubo otras también interesantes aunque peor organizadas.
Por suerte las ponencias nos dejaban tiempo durante la tarde para disfrutar de la ciudad, y así lo hicimos. Una visita al Pueblo Español, muy cerca del lugar donde se organizaba el congreso (facultad de INEF de la Universidad de Barcelona, en Monjuic), así como disfrutar de las vistas desde este monte y del recorrido desde allí hasta la plaza de España, recorrido durante el cual pudimos disfrutar de un maravilloso espectáculo de luz, sonido y agua en la Fuente Mágica. También comimos platos típicos catalanes y no faltó un suizo en el barrio gótico… un fin de semana de lujo.